En el negocio de las flores, la entrega es más que una simple logística; es una extensión del servicio. Los clientes evalúan no solo el ramo, sino también cómo se entrega: si llega a tiempo, en qué condiciones y la actitud del mensajero al entregar las flores. A veces, el mensajero se convierte en la imagen de la marca, ya que interactúa con el destinatario, no con el florista que preparó el ramo. Por lo tanto, elegir un modelo de entrega es una decisión estratégica que impacta directamente en la fidelización del cliente y la repetición de pedidos.
Hoy en día, los floristas tienen dos opciones principales: crear su propio servicio o contratar servicios de mensajería externos. Es importante considerar no solo los costos, sino también el impacto a largo plazo en el negocio.
Cuando una tienda contrata repartidores, gestiona toda la experiencia del cliente. Puede desarrollar uniformes de marca, capacitar a los empleados en los procedimientos de entrega, establecer estándares de comunicación e incluso crear un ritual de entrega. Este enfoque ayuda a fortalecer la marca: los clientes entienden que están interactuando con la tienda, no con un servicio de entrega sin rostro.
Según un estudio de Data Insight, el 65 % de los clientes están dispuestos a pagar más por la entrega si confían en la calidad del servicio. Esto significa que los repartidores internos se convierten en una ventaja competitiva, especialmente en el segmento premium.
Pero esto conlleva responsabilidad. Un servicio interno requiere una inversión constante: salarios, impuestos, gasolina, mantenimiento de vehículos, programación y reemplazo de empleados. Es esencialmente un departamento independiente que requiere tanta gestión como la propia tienda.
Los servicios de entrega a domicilio cobraron impulso entre 2020 y 2022, cuando el volumen de pedidos en línea en el sector de las flores aumentó un 45 %. Para muchas tiendas, la externalización se ha convertido en una solución: no es necesario mantener personal, pagar por el tiempo de inactividad del mensajero entre semana ni mantener una flota de vehículos. El pago se realiza únicamente por los pedidos completados.
La externalización es especialmente conveniente para empresas con cargas de trabajo irregulares. Por ejemplo, en días normales, puede haber entre 5 y 10 entregas, pero el 8 de marzo o el 14 de febrero, cientos. Un servicio asociado permite una fácil escalabilidad sin incurrir en gastos innecesarios.
Pero tiene una desventaja: el control es mínimo. Según una encuesta de la Asociación Nacional de Minoristas (NRA), alrededor del 30 % de las reseñas negativas en el sector de las flores están relacionadas con la entrega, no con la calidad del ramo. E incluso si el mensajero externo tiene la culpa, el cliente culpa a la tienda.
La decisión de "amigos o enemigos" no debe basarse únicamente en los costos. Se deben evaluar tres factores clave:
No hay una respuesta universal a la pregunta de "¿qué es más rentable?". El reparto interno proporciona un control total y fortalece la marca, pero requiere inversión y gestión. La externalización elimina dolores de cabeza y permite una escalabilidad flexible, pero limita el control sobre el servicio.
Nuestra conclusión: para la mayoría de las floristerías en 2025, un modelo combinado será óptimo. Combina el control y la calidad de los servicios de mensajería internos con la flexibilidad de la externalización durante periodos de alta demanda. Este enfoque reduce riesgos, mantiene la imagen y evita gastos excesivos.
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